Todo el mundo que nos rodea
produce en nuestro cuerpo distintos Estímulos, que automáticamente emiten una
Respuesta hacia lo correspondiente a los Órganos Sensoriales, que conllevan a
la generación de Impulsos Nerviosos que se transmiten a través de nuestro
Sistema Nervioso hacia el órgano más importante, el Cerebro, que se encarga de
recibir todos esos datos aislados y transformarlos en la información que
representa a la Percepción Sensorial, formando parte entonces de lo que
conocemos como Cinco Sentidos (Oído, Tacto, Gusto, Vista y Olfato).
Este es el primer paso de
toda Investigación Científica, ya que todas las inquietudes que este mundo nos
genera forman parte de una minuciosa Observación, tomando un determinado Objeto
de Estudio y notando en él sus cualidades, características y comenzando a
elaborar las distintas Hipótesis, que consisten en el planteo de una Afirmación
Válida que es tomada como cierta hasta que se demuestre lo contrario.
Posteriormente llega el
planteo de la Técnica Científica, que consiste en el sustento teórico o los
razonamientos que serán la base de lo que posteriormente comprobaremos o
confrontaremos eligiendo una Metodología de Experimentación, siendo
generalmente la necesidad de llevar a cabo Ensayos o Experiencias donde un operador
interactúa con distintos elementos para lograr un resultado (como son Reactivos
Químicos, por ejemplo)
Realizada esta tarea
abordaremos entonces a un Resultado que nos permitirá entonces deducir lo que
ha dejado la experimentación y arribar a una Conclusión que permitirá Comprobar
o Refutar la hipótesis, pudiendo entonces establecerse una Ley o Premisa que
posteriormente será aplicada para ese caso en particular, o bien sirviendo para
una Aplicación General.
Esto permitirá predecir una
acción cuando se realiza una experimentación en particular más allá del
operador, repitiéndose innumerables veces si se respetan las Condiciones de
Trabajo y los materiales utilizados para la experimentación, dejando de lado el
azar o circunstancias aleatorias.
Desarrollo Tecnológico
A pesar de que la tecnología
ha existido desde que el ser humano tiene conocimiento y aplicación del mismo,
éste no ha tenido tanta importancia como en el último siglo. La rivalidad entre
los países siempre ha existido, la cual se demuestra desde eventos deportivos
hasta guerras bélicas, sin embargo existe algo en común entre todo esto. La
tecnología ha llegado a el nivel de presentarse en todo momento de nuestras
vidas, así se le da aplicación en la fabricación de nueva ropa deportiva hasta
la creación de armas de fuego, con lo cual se convierte en el factor más
importante para obtener un ganador.
Actualmente los países de
primer mundo son aquellos que toman en serio su desarrollo tecnológico. Para
verlo basta con observar las estadísticas. Estados Unidos y Canadá siempre han
tenido un continuo estudio de sus tecnologías y por ello se han mantenido
estables a nivel internacional con el paso del tiempo. Japón se dio cuenta de
ello y después de la segunda guerra mundial invirtió tiempo, dinero y esfuerzo
en la tecnología para pertenecer al primer mundo y llegar a ser el país con
mayor avance tecnológico hoy en día. A mediados de los 80’s Corea, Singapore,
Malasia, China y Taiwan también apostaron por la tecnología y en este momento
China es la nueva gran potencia económica con un crecimiento tan acelerado que
los chinos no saben qué hacer con tanto dinero (Crecimiento 5 veces mayor que
en México, aproximadamente).
Los países que están en
crecimiento, como México, aún están rezagados en materia de tecnología por su
falta de visión. Las empresas no se preocupan por utilizar recursos
actualizados, porque dentro del mismo país no hay una cultura de competencia
tecnológica. Es por ello que la globalización está ayudando a las empresas
extranjeras que llevan a los países menos desarrollados su tecnología de punta
y no encuentran competencia alguna con las empresas de la región. Los
consumidores se acercan a las opciones tecnológicas porque no ven el proceso
sino el resultado, que es lo que interesa a ellos, por tal motivo quienes deben
de perderle el miedo son las empresas mismas. En el ejemplo de México, los
demás países han visto a México como un lugar seguro para invertir porque a
pesar de que esto ayuda a México económicamente, quien en realidad crece es la
empresa misma y por ser extranjera no se refleja el crecimiento de México.
El desarrollo tecnológico de
un país debe darse desde la iniciativa propia, esto es, en las escuelas por
medio de proyectos e investigaciones y en las empresas por medio de
capacitaciones y actualizaciones de infraestructura. La inversión privada
provoca competencia y pone al alcance distintos tipos de tecnología, logrando
una gama mucho más amplia que la inversión pública pues ésta última suele ser
de poco alcance y con menor aplicación. No
importa de qué país se trate, quien no invierte en desarrollo tecnológico está destinado
a tener problemas, quien compra tecnología logrará competir, pero el país que
quiera ser líder necesita tener tecnología propia.
Cuando un país logra tener
un buen desarrollo tecnológico, el impacto se nota por todos los sectores. Se
tiene la creencia que cuando se habla de tecnología y de revolución digital se
trata de medios de entretenimiento como los videojuegos, la televisión e
incluso el Internet y las computadoras. La realidad es que la tecnología en
estos tiempos afecta nuestro modo de vida a un nivel que si nos la quitaran de
golpe, el índice de supervivencia estaría por los suelos. El desarrollo
tecnológico se observa en la simplicidad a la hora de realizar las tareas
diarias (hacer la comida en horno de microondas, comunicarse por medio de
celulares, Internet, etc), en la economía (al haber mayor competencia los
precios bajan y al tener con que producir más y de mejor calidad las ganancias
aumentan), en la educación (si existe la infraestructura los proyectos e
investigaciones se aprueban), en el entretenimiento, etc.
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